La aplicación de un buen corrector es fundamental para lograr un maquillaje perfecto, por eso quiero dejarte algunos consejitos útiles para el momento en que tengas que elegir uno.
Dependiendo de tu tipo de piel y la imperfección que necesitas cubrir, puedes optar por correctores en crema o en barra. Los correctores de textura cremosa suelen ser más eficientes en cuanto a que son más cubritivos, sin embargo no debes exagerar en su aplicación si tu piel tiende a ser mas grasa (con más oleosidad).
El cuarteto de correctores también es una opción muy útil al momento de mejorar el tono de la piel y cubrir imperfecciones varias, ya que cada tono o color tiene una utilidad diferente.
Verde: Este tono te ayuda a ocultar granitos y puntos rojos, así también como manchitas coloradas.
Amarillo: Disimula manchas café y tonalidades oscuras de la piel.
Claro: Sirve para corregir las ojeras.
Medio: Ayuda a definir y resaltar facciones.
Es conveniente aclarar que debes usar aquellos correctores cuyos colores se adapten al tono natural de tu piel, cuya aplicación puede ser realizada tanto con pinceles o la yema de los dedos, asegurándote de depositar en ellos pequeñas cantidades del corrector, sin exagerar, ya que en ese caso tu maquillaje no lucirá natural.
Dependiendo de tu tipo de piel y la imperfección que necesitas cubrir, puedes optar por correctores en crema o en barra. Los correctores de textura cremosa suelen ser más eficientes en cuanto a que son más cubritivos, sin embargo no debes exagerar en su aplicación si tu piel tiende a ser mas grasa (con más oleosidad).
El cuarteto de correctores también es una opción muy útil al momento de mejorar el tono de la piel y cubrir imperfecciones varias, ya que cada tono o color tiene una utilidad diferente.
Verde: Este tono te ayuda a ocultar granitos y puntos rojos, así también como manchitas coloradas.
Amarillo: Disimula manchas café y tonalidades oscuras de la piel.
Claro: Sirve para corregir las ojeras.
Medio: Ayuda a definir y resaltar facciones.
Es conveniente aclarar que debes usar aquellos correctores cuyos colores se adapten al tono natural de tu piel, cuya aplicación puede ser realizada tanto con pinceles o la yema de los dedos, asegurándote de depositar en ellos pequeñas cantidades del corrector, sin exagerar, ya que en ese caso tu maquillaje no lucirá natural.
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